A principios del 2015 realicé un magnífico viaje de cuatro días por Grecia. Había estado hacía 20 años y me apetecía mucho volver…revisitar algunos sitios, como Atenas y la parte de la región de la Argólida del Peloponeso, y por otro lado conocer algunas zonas, como la Laconia, también en el Peloponeso, que no pude ver la primera vez.
Ante todo, decir que fue un viaje corto pero completo. No estuve en las playas ni las islas, por razones obvias, pero por otro lado cabe mencionar la gran variedad de visitas que ofrece el país: Grecia no son solo ruinas clásicas, también puedes encontrar gran variedad paisajística y yacimientos de otras épocas (micénicos, bizantinos, etc.).
Viajar en temporada baja tuvo ventajas e inconvenientes: por un lado, hay muchos menos turistas, lo cual se agradece. Por otro, casi todos los yacimientos cierran a las 15:00….algo incomprensible ya que el sol se pone dos horas más tarde, y que hace que tengas que concentrar todas las visitas por la mañana. En verano cierran a las 20:00, no entiendo por qué en invierno lo hacen cinco horas antes….pero bueno.
Los dos primeros días los pasé en Atenas. Tenía ganas de volver a ver las ruinas de la Grecia clásica, y así fue (destacando sobre todo la Acrópolis, el templo de Zeus y el Ágora) pero también vivir un poco la ciudad, y no solo Plaka y Monastiraki, sino también algunos otros barrios (como Psirri, o Pagrati). También subí al monte Licabetos y visité el Museo arqueológico.
Tras estos dos días, cogimos un coche de alquiler para hacer el Peloponeso. El primer día vimos Micenas y Epidauro (en este orden, ya que, como excepción, el teatro cerraba a las 17:00). Para dormir, a Nauplia, una bonita ciudad de estilo veneciano.
Al día siguiente, más coche, hasta Mistras, que fue quizás lo que más me gustó. Una ciudad bizantina abandonada cuyo mayor interés son las iglesias, que conservan frescos de la época. El entorno (nevado) y la soledad contribuyeron a hacer de la visita a Mistras uno de los mejores momentos sin duda de todo el viaje. Para dormir, a Corinto, puesto que al día siguiente a primera hora había que devolver el coche en el aeropuerto de Atenas.
Me hubiera gustado ver más cosas del Peloponeso, pero al cerrar los yacimientos tan temprano, y al ser de noche a las 17:00, tuvimos que restringir mucho las visitas.
Hacía mucho frío, más de lo previsto, e incluso en Atenas nevó uno de los dos días que estuvimos. Por cierto, los domingos de temporada baja los yacimientos son gratis, así que pudimos entrar a la Acrópolis, al templo de Zeus y al Ágora sin pagar. Ese día, festivo, las terrazas y restaurantes estaban llenos; no parecía que hubiera crisis. Pero claro, era el centro. El resto sí que se ve más dejado, con las aceras en mal estado y cierta sensación de dejadez.
Ciertamente, Atenas no es una ciudad bonita, pero bueno, da para algo más que solo «ver piedras»…puedes ver cierto ambiente alternativo en Psirri o Keramikos y ver que, a pesar de no ser una ciudad muy cosmopolita, sí que hay mucho ambiente y autenticidad.
Otro aspecto importante fue la comida. Buenísima. Vas a una taberna y la comida es casera, abundante, riquísima y con ingredientes frescos. Comimos con gran variedad y siempre muy bueno: verduras, berenjenas con queso, cerdo a la parrilla, cerdo guisado, pescado, mousaka, brochetas de pollo, zumo de naranja natural y en abundancia, queso frito, tzatziki (espectacular), yoghurt con miel…en serio, no hay que perderse las tabernas. Que yo recuerdo, en Atenas comimos en Thanasis (donde dicen que hacen las mejores brochetas del país….muy bueno, y lleno de gente local) y en Taberna tou Psirri (muy bueno y abundante).
En definitiva, un muy buen viaje, lástima de la climatología y de los horarios de los yacimientos, pero me quedo sin duda con lo bueno: visitas muy interesantes y variadísimas, bonitos paisajes, gran comida…
Por cierto, en cuanto a los prejuicios acerca de la temeraria conducción de los griegos: yo no tuve ningún problema. Las carreteras son como las de aquí, no vi a nadie conduciendo como locos y solo un par de coches por el arcén…Grecia es un país de mitos, y este no es uno de ellos.