Fotografiar con móvil

 

Puede sonar a cliché, pero aquellos que se escandalizan por que haya autodenominados fotógrafos que saquen imágenes con móvil son los mismos que seguramente no usaron nunca una cámara analógica. Pero para evitar discusiones estériles, es tan fácil como no etiquetarse como tal, y ya está. Me gusta fotografiar, el móvil tiene una cámara que hace fotografías y me compensa mucho más estar liberado de un mamotreto pesado (con todo el cariño del mundo) a la hora de recorrer ciudades o naturaleza. Dicho esto…sí, yo empecé con cámaras cuasi decimonónicas, de las de seleccionar manualmente el diafragma y la velocidad de obturación, de las que se hacían negativos y hojas de contactos reveladas  en casa con líquido fijador y una bombilla con papel de celofán rojo y, qué tiempos aquellos, de las que se tenía en cuenta el clima del país que se visitaría (y, por tanto, la intensidad solar)  para ir a la tienda a comprar el carrete con el ISO más adecuado a tal luminosidad. Pasé a la reflex y, de ahí, cansado de cargarla, al móvil.

 

Me preocupa muy poco ser o no ser considerado fotógrafo. Sí, el móvil tiene más limitaciones que una cámara convencional, esto es innegable. Pero el fondo, el hecho de fotografiar, es exactamente el mismo: una expresión de lo personal que se realiza desde la libertad de elección: qué seleccionamos y qué dejamos fuera del encuadre, y también en qué momento exacto lo captamos. Es la observación que llevamos a cabo en un viaje trasladada y fijada en una imagen con cierto sentido artístico, y para mí lo artístico recae en esa elección individual, en qué escojo y cuándo, ya sea al fijarme con los ojos o con el móvil: la libertad que tenemos en esa acción.

En este post lo único que pretendo es explicar cómo yo fotografío y dar algunos ejemplos de las imágenes que he ido sacando en mis viajes. El lenguaje que uso es plano y profano; seguramente lo que expondré está lleno de errores desde un punto de vista técnico y teórico. Pero no pretendo hacer ningún tratado ni sentar cátedra, únicamente quiero revelar algunos consejos: este es mi objetivo y cómo enfoco yo mi fotografía.

No soy mucho de fotografiar naturaleza, ni tampoco de realizar planos-detalle, así que las imágenes que tomo básicamente se dividen en dos tipos: los retratos y lo que yo llamo «de composición». Lo ilustraré con algunas de mis fotografías favoritas que he sacado en los últimos viajes a modo de ejemplo.

 

A-RETRATOS

Dejo al margen cuestiones técnicas, sobre cómo se debe tratar la luz, cómo se enfoca, etc. (de hecho, soy consciente que el móvil cada vez da más opciones en este sentido), ya que hay muchos tutoriales en youtube, blogs, webs y tantísimas fuentes de información que no tendría sentido explicarlas de nuevo aquí. El acercamiento, como todo el blog, es personal. Para mí, la actitud a la hora de abordar la persona a retratar es muchísimo más importante que las cuestiones técnicas. Así pues, ahí van cinco «tips» básicos, algunos de los cuales no son más las más elementales normas de educación:

-1) «El «no» ya lo tienes». Esta frase, muy típica de jefes de equipos comerciales, es una gran verdad. Si ves la posibilidad de hacer alguna buena foto, no tengas miedo. Como mucho, la persona que quieras fotografiar te dirá que no, pero nunca pierdas la oportunidad de conseguir una buena imagen por vergüenza o por dar por hecho que no nos van a dejar.

vudu

Retrato en el templo vudú dedicado a Shangó, el dios de la justicia para el vudú, en Benín. Tras abrir el ataúd y enseñarme el esqueleto del último hombre que ajusticiaron y ejecutaron, pedí permiso para fotografiar a este hombre, uno de los ayudantes del sacerdote. El «no» ya lo tenía. 

 

holi noiaChica de la etnia holi, en Benín. Si intentamos un «robado», es decir, fotografiar «de estranjis», es posible que nunca consigamos lo mismo que con un primer plano «autorizado»

2) Del punto anterior se deduce que hay que pedir permiso a la hora de querer fotografiar a alguien, y no hacerlo nunca de manera invasiva y a la primera de cambio. Un  intercambio de palabras facilita mucho, para lo cual se recomienda conocer algo de vocabulario del idioma local. Yo recomiendo realizar un acercamiento siempre con un sonrisa en la cara, excepto si se va a fotografiar a un anciano. Y siempre, absolutamente siempre, quitarse las gafas de sol antes.

3) Conseguido el «permiso» de la persona a fotografiar, tener algo de paciencia. Es posible que ésta se sienta incómoda al principio. Sin hacerle perder el tiempo eternizando pero tampoco sin una prisa desmesurada, conviene esperar unos segundos, tras los cuales la persona se mostrará un poco más relajada. No diré que en esos momentos se mostrará tal como es y ni mucho menos saldrá toda su «esencia» (básicamente porque no creo en ella), pero sí que de esta manera el retrato tendrá algo más de «verdad». La persona sacará una parte un poco más verdadera de sí misma, que no si se se aprieta el botón inmediatamente después de que te dé permiso y pose. Sí, tiene mérito conseguir que las personas posen, pero si la fotografía es buena, en el 95% de los casos es gracias a ellos.

nena benin

Niña en un poblado de Benín. Una buena foto muchas veces no es más que captar una mirada que habla

Sí, la mirada habla, aunque no haya visión…

cec benin

Hombre ciego en el lago Ahemé, en Benín.

 

varanasi

Si no habla la mirada, lo hace el rostro. Ésta es una de mis fotografías favoritas, tomada en Benarés (India)

 

4-Lo normal es encontrarse estas situaciones al aire libre, con lo cual tendremos que espabilarnos con la luz que tengamos. Muchos móviles actualmente permiten jugar con la cantidad de luz que entra, como si fuera el diafragma de una cámara convencional. Si estamos en interiores pero no dominamos de estos temas técnicos, sí que se puede intentar encontrar la mejor posición.

nena nigeria

Niña en una escuela de Abeokuta, Nigeria. La luz que entra por la ventana provoca un claroscuro que resalta la expresión facial.

 

Hay móviles con la «opción retrato», que facilitan que el primer plano esté enfocado. Yo la utilizo poco, pero es una opción interesante y el resultado se acerca más al de las reflex:

portonovo

Niño en la mezquita de Porto Novo, capital de Benín. La opción «retrato» de algunos móviles es bastante práctica, pero, insisto: para mí es más importante el «querer» hacer una buena foto, pedir permiso y esperar unos segundos antes de apretar el botón.

 

La opción de enfocar solo uno de los planos no es exclusiva de las cámaras convencionales. Con el móvil también se puede conseguir:

peshawar

Centrando el móvil en el plano que se quiera enfocar y apretando ligeramente el botón, se conseguirá enfocar el objeto seleccionado. Imagen de un fumador en Peshawar (Pakistán)

 

5-El retrato, casi por definición, es la imagen de un primer plano. Pero a veces es interesante ver el contexto donde se encuentra la persona, porque así no solo conseguiremos una buena imagen a través de su expresión facial sino también daremos una información adicional, llegando incluso a crear cierto relato, con lo cual la fotografía no se limitará a algo meramente estético.

tiflis

Una chica tras una misa en la catedral de Tiflis (Georgia). La postura, el vestido y lo que tenía en sus manos enriquecían la imagen, más que si me hubiera limitado a fotografiar su rostro. 

 

banc benin

Niño en Abomey, antigua capital del reino de Dahomey, actual Benín: Igual que en el caso anterior, los elementos del lugar, como la posición del niño o el contraste de colores entre el fondo y su vestido, enriquecían aun más una imagen que, ya de por sí, hubiera sido muy interesante por la expresividad de su rostro, como en la imagen anterior, o ésta:

 

mur lamentacions

Rezando en el Muro de las lamentaciones, en Jerusalén (Israel). Abriendo el foco y encuadrando más allá de la persona, se consigue dar cierto sentido a la imagen. Lo que se lee en ella puede ser personal y depende de cada persona, pero en mi caso me gusta interpretar esta imagen teniendo en cuenta el contexto: ese sitio sagrado para los judíos es tanto un espacio físicamente abierto como un lugar de introspección interior. El hombre pide dentro a un dios que no se ve, con lo cual puede verse solo y desamparado y a la vez lleno. 

 

 

B-FOTOGRAFÍAS DE COMPOSICIÓN

Éstas son las que me gusta más realizar, porque es donde considero que pongo más de mí. Las fotografías de retrato puede ser más impactantes, por ser más expresivas, pero a mi modo de ver, no tienen tanta personalidad. Evidentemente, realizar un retrato implica poner mucho de una parte de uno mismo: hay que seleccionar con acierto la persona a fotografiar, conseguir que ésta saque una expresión «fotografiable», escoger bien los aspectos técnicos, etc. Pero para mí aún es más interesante cuando estas personas, además de mostrar expresividad, se encuentran en un contexto en el que se pueda crear cierta historia. Y esos elementos primero se tienen que combinar en tu cabeza. Hay que «ver» la foto antes de hacerla. Sería un paso más allá del último punto del apartado anterior, solo que ahora el contexto, el marco es aún más importante: el sujeto a fotografiar se define en relación a ellos. Ya no solo valoraremos lo que un rostro aporte en sí mismo: como expresión de una personalidad, un sentimiento, etc. a través de la mirada y el gesto.

Me gustan las fotos de contexto porque la composición es fundamental para mostrar no solo la expresividad facial sino también cierto relato. Depende de lo que se quiera incluir junto con la persona fotografiada, los elementos que se combinan con ella no solo complementan sino que pueden configurar la historia que se muestra. Ya sean otras personas o ya sean los objetos que queremos incluir en la foto, dependiendo de sus características servirán para muchos propósitos, según su naturaleza, pero básicamente son dos: enriquecer la descripción del personaje principal o contraponerla ideológicamente (en el sentido de que representan, personaje principal y objectos o personajes secundarios, diferentes conceptos, ideas o visiones).

nigeria

Fotografiar esta maestra de escuela de Nigeria mostrando también toda la clase y los alumnos ofrece una mayor riqueza de información, además de una composición estética más interesante, que no si solo hubiera fotografiado a ella.

 

delhi sij

Comedor de un templo sij en Nueva Delhi, India. En este caso el personaje principal y que contrasta con el resto está en el centro de la imagen. Fotografiando sólo el personaje central, la escena no se hubiera entendido.

 

chisinau

Como comentaba al hablar de retratos, los rayos de luz también pueden ser captados por los móviles sin necesidad de conocimientos técnicos. Interior de una iglesia ortodoxa en Chisinau (Moldavia)

 

IMG_0082

Una fotografía de retrato, por definición, no deja demasiada elección: se selecciona una persona y, como mucho, se escoge si se quiere hacer primer plano, plano medio o de cuerpo entero. En una fotografía de composición, la libertad y creatividad del fotógrafo es mucho más amplia, porque la apertura del plano depende de muchos factores: lo que se quiere mostrar deviene una cuestión de qué seleccionamos y qué no: hay que valorar qué se deja fuera de plano. Aquí me interesaba no tanto el hombre como éste mismo en el entorno (un futong, o barrio antiguo en Pekín).

 

Dentro de las fotos de contexto, he realizado una clasificación según lo que se transmite y su carácter. Me doy cuenta de que hay cuatro categorías:

-1) Argumental

La persona o grupo protagonista se combina con algún otro elemento para crear una historia, como por ejemplo:

georgetown

Georgetown (Malasia). El mono dibujado parece que se esté dirigiendo a la mujer. Mi consejo es «anticiparse» a algunas escenas, analizando sus elementos fijos y prever alguna «acción» que se pueda desarrollar en ella con las personas que puedan llegar a aparecer.

 

masaya

La contraposición de elementos en este caso adquiere un tono irónico. Masaya (Nicaragua)

 

kiev

Parece que el ángel observe a la chica, e incluso que reciba una iluminación, en esta foto tomada en el monasterio de San Miguel de las cúpulas doradas (Kiev, Ucrania)

 

kazbegi

Estos religiosos ortodoxos en una pequeña capilla situada en el Cáucaso georgiano también parecen iluminados, aunque presten más atención a otra luz: la de la pantalla del móvil

 

2) Estética

Sí, el motivo estético, para qué negarlo, es fundamental. Buscamos una foto que sea «bonita», y para eso, la combinación de elementos en el plano tiene que ser bella.

hanoiUna de mis fotografías favoritas. Parece que los ancianos hayan posado en esa posición expresamente; la composición de esta imagen, tomada en Hanói (Vietnam) tiene algo de pictórico, y la contraposición (de nuevo) entre el anciano de la izquierda, el único que va a su aire, y el resto del grupo, contribuye también a crear cierta narrativa.

 

metro tashkent

Aquí los elementos de la composición se disponen de otra manera: su sentido geométrico se da por la contraposición de los personajes de cada lado, que se oponen en muchos sentidos (por sus propios roles, que le confieren cierta dualidad también simbólica, por sus colores y por el sentido opuesto de sus miradas) mientras que el personaje central equilibra esta escena tan pictórica y crea además otra contraposición: la de la intensidad del colorido rojo de su vestido con el fondo y el suelo y el fondo, de colores fríos. Esta foto la tomé en los andenes de una parada de metro de Tashkent, la capital de Uzbekistán

 

3) Monumental

No me interesa tanto mostrar los grandes monumentos como el papel de las personas en él. Pocas veces en mis fotografías aparecen únicamente edificios; prefiero centrarme en el lado humano y que el «must» de turno sea secundario, incluso un mero decorado de fondo. Es otro tipo de fotografía de composición: el humano ante lo creado por él.

taj mahal

El archiconocido Taj Mahal, en la India. El contraste de materiales y colores enfatiza aún más la contraposición humano-obra de arte. 

 

ciutat prohibida

Aquí me interesaba de nuevo mostrar más la interacción de las personas con los monumentos que estos en sí mismo, y más si éstos son objeto de su retrato, en esta «metafotografía». Se trata de uno de los pabellones de la Ciudad prohibida de Pekín

 

bukhara

Me gusta la idea de que, para el niño, las  paredes de una gran obra maestra como la madrasa de Mir-i-Arab de Bukhara, en Uzbekistán, sean solo un muro contra el que chutar la pelota, un espacio de recrear desvistiendo la obra monumental de cualquier otro significado o utilidad. Ofrece otro punto de vista, otra perspectiva a la hora de ver los objetos.

 

4) Ideológica

La contraposición de ideas, representada por dos elementos de la foto diferentes, tiene un componente, a veces, ideológico, entendido, esta vez sí, como diferencias de conceptos y formas de pensar. Según cómo, es muy característico de las imágenes que sirven para mostrar diferencias (económicas, sociales), lo cual puede servir como denuncia o para «despertar conciencias». Yo no participo de ello, pero sí que es cierto que se añade un matiz, cuasi ético, a lo meramente artístico.

tren agra

Anciano durmiendo en el suelo de la estación de trenes de Agra  (India). Lo humano ante la máquina y la contraposición de velocidades. 

 

mzab

Se considera que las mujeres mozabitas,  la creencia de esa rama islámica practicada en el valle del M’zab (Argelia), al casarse, pasan a pertenecer al marido, excepto solo un ojo, que es lo único que pueden enseñar en público. Además, deben vestir de blanco. El contraste con los hombres habla por sí solo.

 

 

argel

La elección de fotografiar el hombre abriendo el plano al máximo, en esta imagen tomada en Argel, era necesaria para ofrecer más información sobre la escena.

 

¿Qué que hace que una fotografía de viaje sea buena? La cuestión de fondo, con todo, no creo que sea esa. La fotografía de viaje, para mí, no es más que plasmar la filosofía de viaje, donde la observación es primordial. No solo observar las personas (el retrato, la primera tipología de la que he hablado) sino los diferentes elementos de toda una escena, cómo se combinan y qué aporta esa interrelación. Es decir, para mí la fotografía tiene mucho que ver con el cómo se mira: Observar mucho, tener curiosidad por todo. Querer plasmarlo pero a la vez entenderlo. «Estar atento a cualquier señal de belleza», según la máxima budista, y querer captarlo (o no) con el móvil. Pensar que en un viaje, como en la vida, todo, absolutamente todo, tiene una historia, porque pasan cosas a cada segundo…y fotografiar es narrar esa historia captando una milésima de segundo de la misma. Para mí, una foto es fijar, no solo en la mente, una inquietud. La cuestión no es querer hacer la fotografía. Es «verla» antes, como se observa un momento en la vida, y esperar un poco antes de apretar un botoncito.

Si profundizáramos en juzgar cuándo y por qué una fotografía es buena llegaríamos a cuestiones que difícilmente tienen respuesta. La discusión alcanzaría hasta la misma definición de creación artística. Lo que sí me da la impresión es que la fotografía es el arte en el que hay mayor consenso a la hora de determinar si una obra es buena o no. O, en cualquier caso, la podemos decir más rápidamente (y, quizás, más fácilmente) si nos gusta o no. En este sentido, la pintura, que también es la representación estática de algo (físico o no), tiene menos elementos favorables en este sentido.

El realismo de la fotografía se da por hecho. Lo captado existe. Por tanto, el elemento que determina su calidad es, en la mayoría de los casos y sin entrar en temas técnicos, algo meramente estético. Le saca, así, varios siglos de ventaja a la pintura, la cual, desde el Renacimiento y, especialmente desde el Barroco, es decir, desde que se empezaron a representar los cuerpos humanos de manera realista y se implantó por primera vez la profundidad y la perspectiva (pintar lo que el ojo ve, la tridimensionalidad), la verosimilitud ha imperado como criterio dominante a la hora determinar al calidad de una obra. Anteriormente no fue así: Hay pinturas en iglesias medievales que son obras maestras absolutas. Pero aún así, hay a quien no le gustarán, por parecer infantiles y poco realistas. ¿No sabían pintar los artesanos románicos? Por supuesto que sí, pero no lo hacían de manera realista, porque el objetivo de su arte era otro. Siglos después del Barroco, con las vanguardias (primero impresionismo pero luego surrealismo, expresionismo y, sobre todo, arte abstracto), ese concepto volvió a cambiar. Pero «lo bello» como sinónimo de «lo real», de algún modo y en mi opinión, quedó en el imaginario colectivo. Y ahí es donde la fotografía, realista por definición y, por tanto, con «lo estético» como el único elemento de valoración,  alcanza un alto grado de consenso sobre lo que es bello: porque lo bello, en casi todo el mundo, tiene el mismo estándar. Se da el caso de que a mucha gente le parecerá de más valor artístico una fotografía bonita que cualquier obra maestra de la música clásica y, sobre todo, de la literatura o del cine.

Susan Sontag, intelectual y gran teórica de la fotografía, escribió, en «On photography», que ésta es, más que una mirada, una manera de mirar. No deja de ser, por tanto, una especie de metáfora de la forma de viajar: personal y única en cada uno. Sontag también dijo que «todas las fotografías son memento mori». Es decir, nos recuerdan que todo acabará, porque el instante que captamos con la fotografía es único, y ya ha pasado. Capturamos una porción de tiempo. Seleccionar un instante y fijarlo para la eternidad no es más que ser consciente que aquel momento ya no existe. Es como el viaje mismo, una sucesión de porciones de tiempo que hemos elegido vivir y que ahora ya están en una memoria.

 

 

Foto de cabecera: autorretrato reflejado en un cristal en un vagón de metro en Estocolmo (Suecia)

7 respuestas a «Fotografiar con móvil»

  1. No sé si con móvil, con cámara … Pero cuentan muchas cosas… Imagino que te harán mucha compañía, a quienes las vemos nos trasladan a todos esos especiales lugares, un placer poder verlas, gracias!

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  2. Muy buen análisis y «destripe» de todos estos momentos que has captado en tus viajes y que compartes con nosotros, en este maravilloso lugar que es tu blog. Siempre es un gran placer leer las entradas tan interesantes de tus -mucho más interesantes- viajes. Y si no se puede viajar, nos das una clase de cómo robar momentos especiales a la realidad. Gracias de corazón, se nota que tienes tablas en el asunto… si no técnicas, vitales 😉

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    1. ¡Muchísimas gracias a ti por estas palabras tan amables! Supongo que fotografiar, como viajar o como mirar, es algo personal. Si a alguien le gusta lo que comparto, tanto mejor. ¡Un saludo!

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  3. M’encanta! És boníssima aquesta entrada. Quina generositat sempre. GRÀCIES. Crec que has de fer un curs de fotografia de viatges en mòbil, de veritat que triomfaria. Jo m’hi apunto segur!!!

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  4. ¡Totalmente de acuerdo con tus palabras! Y más aún en estos tiempos donde el resultado instantáneo es más importante que el proceso, el acercamiento al otro es un ser en extinción y la fotografía parece ser el único motivo para viajar.

    ¡Buenos vientos!

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